La bestia que come horas

La sueltan el sábado en la madrugada cuando ya nadie está alerta, cuando prácticamente todos los trabajos están hechos y aquellos que requieren continuidad están, la mayoría, automatizados, cuando el músculo colectivo está más relajado y quienes no duermen están en la fiesta, en el paraíso de volutas magníficas de la conversación, en la reiteración […]

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