SOPLIDO
Deja abierta la terraza.
No dejes que el viento te persiga con su agua seca,
ábrele cauce,
domínalo,
ponle siete veces la mordaza. Setenta veces siete.
Y que sufra.
Te digo a ti que ni te importa ni te vas a fijar en esto.
Y el agua está en ti, serenamente puesta. Vulgarcillo.
No es cierto que el aire es necesario.
Apenas bruta la nariz se asoma
y ya tiene suficiente historia como para que no parezca
limo de un estero pensado antes de tiempo.
Abre la puerta, que parezca un acto irreflexivo,
un sonsonete que ya no dice nada a nadie
y por lo mismo tiene la cualidad de hacer que el aire
se detenga, se amarre, se suspenda.
Así es la supervivencia, no te apures.
Conviene dejar abierta la terraza. A veces.
Escúchalo: [audio:http://www.alejandroaura.net/vozpoemas/Jubilo/L1996AAura65soplido.mp3]