Los dulces de mi vida

He sucumbido a una pasión desastrosa. Cualquiera que me conozca bien, que se precie de ser mi amigo y de tener cierta intimidad compartida con el que esto pregona, puede meter la mano al fuego, seguro de que no se quemará porque la diosa de la verdad lo protege mientras declare que yo jamás como […]

Un mar helado

Mi amigo Enrique Strauss organizó un viaje a Rusia, en tiempos de la Perestroica, para hacer unos programas de tele y el mar estaba ahí, al ladito de San Petersburgo. Nunca toqué un mar más frío, y he tentado todos los que he podido. UN MAR HELADO Me vio el Báltico cómo me acerqué amoroso […]

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