Algunas cuentas

El miércoles aparecerá el último de los poemas del libro Fuentes y desde el jueves habrá que vérnoslas con el que sigue: Poeta en la mañana. Pero ahora veo con horror que son sólo treinta y ocho poemas, o sea que se acabarán muy al principio del año, antes de que la bitácora cumpla su primer aniversario, que será el 20 de febrero. Así que en enero sería cosa de empezar con otro libro anterior en el orden cronológico de su publicación, como han sido los otros, pero entonces no cuadraría con la fecha del aniversario, andaríamos a medias. ¡Qué predicamento! Hay que buscar una solución numérica posible; ver cuántos días quedan desprotegidos y buscar entre mis obras una que embone con los días. Creo que tengo la solución pero necesito hacer bien las cuentas. O sea que también las matemáticas tienen algo que ver con esto de la poesía, al menos para hacer que el número de poemas publicados cuadre con el de días de la página.

Y luego habrá que ponerse a sumar número total de hojas –porque no quito el dedo del renglón de que algún editor se anime y lo publique en papel-: trescientos sesenta y cinco días a una o una y media página por día, hace como quinientas; más los poemas, que son otras tantas, andamos cerca de las mil. Ahora que muchos poemas son bastante menores que una página, algunos son unas cuántas líneas. Un buen editor podría hacer tal diseño de libro que fuera ligero y transportable. O que fuera de fácil comercialización por correo, porque esa es otra, que se distribuya por internet y no necesariamente por las vías tradicionales, así sería más fácil hacerlo llegar a cualquier parte del mundo, como llega por esta vía. Ojo, editores, esa es una posibilidad que a mí no se me había ocurrido. Lo que no me parecería bien es que se hiciera con letra pequeña o con cajas apretadas y amontonadas, de esas que asfixian a los lectores. No hay como los libros de lectura cómoda y holgada. Otra opción es hacer dos tomos, pero si al editor no se le ocurre una buena estrategia para justificarlo creo que sería absurdo hacer Tomo I y Tomo II, ni que qué.

Pero bueno, mírenme, haciendo las cuentas de la lechera; ya estoy distribuyendo ejemplares, imaginándome el empaque y poniéndole hilos de cáñamo resistente sellados con lacre para su envío, y a lo mejor hasta haciendo números de las regalías por derechos de autor –podríamos aprovechar los ingresos extra Milagros y yo para hacer algún viaje pospuesto, quizás Grecia y el resto del mundo helénico, las islas del Egeo, la costa africana, el Helesponto, las Simplégades, la ruta de los Argonautas hasta el extremo de Colcos, al árbol del que sigue colgado el vellocino de oro custodiado por el dragón, que yo puedo vencer- y los días pasan sin que tenga el menor atisbo de interés por parte de ningún editor. Si hay alguien a quien se le ocurra una solución práctica para estas fantasías, mucho le agradecería que interviniera con alguna dosis de sentido común y me ayudara. No creo que sea tan difícil.

Entradas creadas 980

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Entradas relacionadas

Comienza escribiendo tu búsqueda y pulsa enter para buscar. Presiona ESC para cancelar.

Volver arriba