LA PALABRA QUE SIGUE
La palabra que sigue
comienza en el asombro
una estallada blancura
parecida a nada
y brota como un sudar de piel
por la pulida espalda
o la entrepierna ignota
como una suave miel
proveniente del alma
que lubrica el cuerpo
y lo dispone a todo
y ahí está ya la punta
asomada de pronto a la conciencia
qué sorpresa saberla
descubrir el hilo inocente
en su fuente original
inteligir la base sensual
de la siguiente línea
al tiempo que soltamos el cuerpo
para darnos a la dicha
de sacar del misterio
la próxima palabra.