Tango al tango

Qué tal se desangra el tango con la herida abierta.
Mucha sangre es mejor que poca sangre.

Sanguaza y lacrimosos jugos dan noticia
de que el tango está a quí, señor de la desgracia.

El corazón le sobra para toda angustia
y lo que en otros es necesidad en él es vicio.

Con su certeza de vocero de miserias pasa
engalanado de llanto sin tocar la puerta.

De repente aparece en el quicio un gran asunto
que pudimos haber vivido todos,
todos somos, al fin, el hombre de la amada ingrata
y la mujer que descubrió tan tarde
el enigma fatal de su belleza.

No hay que llorar si al fin es puro canto,
si todo es detener el paso de la noche
y no dejar que ocurra el día inevitable.

Con la sangre de fuera, con el llanto alegre.
A detenerse, a quedarse, a no permitir que dure el tiempo.

Ay, el hermano tango seco, cómo impone.