MESA DE DISCUSIÓN
A ver, vayamos a territorio neutral
donde ni tú ni yo
tengamos la última palabra.
Vamos haciendo a un lado las pasiones
y miremos con calma lo que somos.
Yo, un montón de piezas desarmadas
–hay que aceptar que no traía instructivo–,
y tú, un tiradero de magia y ocurrencias
donde ponerse a escoger sin previo informe
con tiempo limitado y los ojos cubiertos
por una tela gruesa de tupidos pliegues:
la sorna, la verdura en extinción,
la
última caricia,
la etcétera abundante.
Caudalosa la linfa y mítica la estirpe
te presentas armada de misterio
y todo es para uno dar y dar y dar
hasta que ocurre el chasquido y todo
–y tú que te lo traes–
desaparece.
¿Cuál territorio neutral, pues,
a dónde queda la decencia en un trato
igualitario, pactado, discutido?
Vamos mejor calculando si podemos parlamentar
o le entramos de plano a la violencia.