ALGO QUEDA DEL SUEÑO
Parece cierto, pero no lo es,
nada es verdad en el panteón del sueño.
Un delgado cordel brillante
que se va deshilando al paso de la noche
en fricciones insólitas
y enardece cosas que ni quieres ni sabías
y luego de allí no sale nada
para llenar la bolsa del mandado:
una piel nueva, si acaso,
algo anterior al olor untado al cuerpo
cuando despiertas incrédulo
que te señala que eres otro
distinto del que ayer se durmió
con tu cansada mole.
Y no hay nada en esa muerte
sino un barniz oscuro
para ir velando la luz con que saliste del sueño
en la mañana.