El libre albedrío

-No, pero tienes, por ejemplo, el libre albedrío que puedes ejercer en cualquier momento y cambiar tus condiciones bajo tu propia responsabilidad –dice muy seguro de sí mi interlocutor que en este caso, justo valiéndome del libre albedrío, he decidido que sea mi interlocutor y no una proyección de oficio que existe quiera o no […]

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6 Nos convidábamos agua unos a otros; el que tenía sed abría el grifo por donde la buena voluntad de los demás salía; luego le agregábamos azúcar y zumo de limón y nos bebíamos la frescura de nuestras comuniones. Así éramos, no os quepa duda.

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