VOLVER A CASA

1 Un día abandonaremos la ciudad de México; la dejaremos en pie y desierta para que las conjeturas crezcan, y nos iremos a fundar en otra parte nuestras maravillas.

Qué error

No tenía la intención de ser suma de acciones progresiva, no pensaba que después tendría que dar cuenta del paso del tiempo, del deterioro inevitable del enfermo, del desgaste anímico y físico que habría de caminar junto con los pies cada vez más lentos, con las rodillas cada día más frágiles, con el aire cada […]

EL DUEÑO DE LA CIUDAD

4 El dueño de la ciudad tendrá pavor cuando la mire, sus pobres ojos se querrán salir a platicar con alguien, el dolor de sus venas no tendrá remedio, las palabras se le irán estrellando al tocar el aire, le temblarán las partes vergonzosas y un amargor intenso saturará su piel. ¡Qué haces imbécil! –le […]

Origen frutal de la tos

Por nada del mundo quiero repetir una lección ya dada y estoy seguro de que ya expliqué el origen frutal o material del registro de las toses: cómo hay toses de membrillo, toses de pera, de guayaba, de limón, de tejocote; ¿o no? Llevo más de cuatrocientas veinte páginas –qué bárbaro, no me he medido […]

EL DUEÑO DE LA CIUDAD

3 No hay flor que pueda perdurar si el sol seca la tierra en que crecía; los mismos pájaros se van, las abejas que rondaban –procura recordarlas– se apresuran a buscar otras fuentes de miel en donde sumergirse, los menores insectos emigran a buscar otro gobierno y nada sino el desierto señorea; así también si […]

Queja ante la autoridad

Esto no es dormir, señores del jurado, ni descansar ni cumplir con las elementales necesidades de un ser humano cualquiera que ve llegar la hora de su reposo, se apresta, resigna sus ímpetus vitales –tampoco es tan fácil decir bueno, ya es hora, ya hay que irse a dormir: si no hubiera leyes y acuerdos, […]

EL DUEÑO DE LA CIUDAD

2 El más audaz responderá; el que tenga más bien cosido el corazón en el pecho; el que tenga más fuertes ligaduras consigo mismo y pueda entibiar con el aliento de sus palabras una gran laguna; el que tenga más trenzados los nervios en la mano derecha y más aéreas las venas en la izquierda; […]

EL DUEÑO DE LA CIUDAD

1 El dueño de la ciudad vendrá algún día con su claro rostro iluminado; el que la dejó para ir a conocer otros vistosos sitios; el que vestía con riqueza y llenaba de júbilo los corazones de quienes le oían. ¿Dónde están mis edificios y mis amplias calzadas –preguntará estupefacto–; dónde están mis jardines en […]

La mañana con el Diablo

Se oye una salva de aplausos; gritería no necesariamente inteligible; algunas doncellas muestran con alegría y sin mucho recato sus mejores encantos en torno al catre venturoso, no obstante estar el día nublado; no: suave, variable, difuminado; algo está distinto, pues: el buen tío que en esta página se aloja ha dormido seis horas y […]

Comienza escribiendo tu búsqueda y pulsa enter para buscar. Presiona ESC para cancelar.

Volver arriba