10
Oh, querida luz,
querida y lenta y reluciente luz
que por aquellos vidrios te metías
y encandilabas mis espaldas
y mis hombros
y me ardías entre las piernas;
querida luz,
¿qué gentes desnudas
ahora te filtran?
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Oh, querida luz,
querida y lenta y reluciente luz
que por aquellos vidrios te metías
y encandilabas mis espaldas
y mis hombros
y me ardías entre las piernas;
querida luz,
¿qué gentes desnudas
ahora te filtran?
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