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DESNUDO
CON FLAUTISTA
En el cuarto blanco
la modelo desnuda
dobla una rodilla
y ve hacia abajo.
La punta de su pie
se posa suavemente en el tapete.
Redondos y brillantes
son sus cálidos senos
como tazas de miel;
entre ellos las manos se recogen
y marcan el principio
de la pendiente curva de su vientre
que desemboca en la
oscura flor.
Ah, muchacha deliciosa,
salte de esta tela,
salte de la historia antigua
y ven con nosotros
a los ojos verdaderos.
En el fondo,
en túnica blanca
y recargado en la pared,
un flautista
llena el aire
con el suave color
de su siringa.