Cantos rodados, 2

¿Es un naufragio? La enfermedad no es mar por más profunda
que sea. O sea que no es naufragio. No hay cómo avalar
ese recurso si es que te gustaba el símil para algo -me dice-.
Un naufragio sería si los globos pulmonares repentinamente hundidos
hubiéranse anegado y ahora aunque jalaran con anhelo
un agua general que los tuviera invadidos les impidiera respirar.
No es eso. Es por adentro. Es algo que al pulmón le estorba,
Algo de carne, algo de células macizas que adentro le ha crecido.

Respira la nariz, acostumbrada como está a no saberlo, y siente
Que le falta liquidez de todos modos, que digan lo que digan,
En el traspatio de sus intenciones hay una resequedad superior
A lo esperado, ¡qué monserga!, un sentir agobio de desierto
Que te lleva a elaborar la asociación con el naufragio: ¡Me ahogo!
Y aunque no quisieras decir tales palabras, ya salió de tu boca
La voluta o salió de tu intención la coma que dejó hacia arriba
La propuesta verbal y ya ni modo de echarse para atrás: es agua.

Así es que déjame decir lo que quería:
Todo está más o menos en su sitio y de repente
Siento que me falta el aire, que quisiera
Respirar con más amplitud y que ese espacio
Fuera más extendido para todos lados, y eso
Se traduce en dolor en el pulmón derecho, el afectado,
Y donde duele es bajo el costillar, que ha estado
Contrayéndose sin tregua desde que la repentina tos
Minó la entrada de la cueva y toda
Se ha llenado de tierra y de cascotes. Este mundo
Se derrumba en el sitio de la entrada, y polvo,
Muchísimo polvo invade lo que ahora son secas galerías.

De manera que explícame, aplicado lector, por qué me equivocaba
Cuando dije que esto era un naufragio, o en qué fallaba yo,
porque enseguida saltó mi profesor de adentro a regañarme:
-que no digas cualquier cosa, ya te he dicho,
Y luego salgas a buscar respuesta; irresponsable -sermonea.

Es un naufragio. También en esas líneas anda el cáncer
Como un locuaz reflejo del agua en las estrellas, que se ríen.
Por más que uno quisiera distanciarlo, está en las ocurrencias
Que saltan de repente al vacío belicoso de la hoja, ésta, blanca,
En la que va dejando estos incómodos días –maldita enfermedad,
Abusas- la constancia fatal de su naufragio.

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