¡Éramos pocos y parió la abuela! A la suma de agravios que mi cuerpo tiene, hoy hay que sumarle un catarrazo. Se viene perfilando desde hace no sé cuántos días, pero en el pedregoso transcurrir de esta noche se le declaró de plano a mi graciosa persona y ahí se han pasado la noche en […]
LA OBRA ES INTERMINABLE
30 Lo que me queda siempre es un pedazo de oscura pesadumbre (hez de la grandeza de que es capaz la vida cotidiana, cola de la ilusión, resto del entusiasmo) que adobando voy con dimes y diretes, de modo que quien venga me encuentre apoltronado en mi merced serena.