Por lo general uno se equivoca cuando piensa que los demás están pensando en uno; que hay, pon tú, doscientas o trescientas almas cada día conectadas a esta página–no necesariamente las mismas sino que unas aparecen una vez por semana; otras, dos, o tres, y algunas pocas, diario- y peor le va entre más por […]
UN MUCHACHO QUE PUEDE AMAR
3 Hay que empezar por olvidar algunas piernas; de esa manera se pierde el fundamento y el alma titubeante tiene que lanzarse a buscar nuevas sorpresas. Cualquier par de piernas es bueno para el caso pero en aras de la pureza del asunto hay que procurar que estén desnudas. La utilidad del ejercicio estará en […]
Despertar con mandarinas
Vamos, mandarina, enciéndete y de tu plena desnudez –ya que no te queda más remedio pues el pudor discreto con que te vi repetidas veces en el frutero ha dejado el paso a esta provocación indefensa con que saliste de en medio de las otras, las que hoy no fueron escogidas, por ese incomprensible arrebato […]
UN MUCHACHO QUE PUEDE AMAR
2 Me he puesto mi traje nuevo y he limpiado mis zapatos; en el claro día relucen mis cabellos limpios y el viento suave que danza por los corredores de las calles da a mis manos un dibujo perfecto; siento que la gente que pasa me mira con agrado, huelo a fresca lavanda y doy […]
Concierto en la frontera
Me intriga quién lo habrá pagado. Según la televisión que vimos anoche había medio millón de personas y la verdad es que sí se veían creíbles las cifras, por lo menos a la mitad, no así las de la prensa escrita que dan el diez por ciento, 50,000. En un puente en la frontera entre […]
UN MUCHACHO QUE PUEDE AMAR
1 Huele a muchacha el aire de mediodía, huele a muchacha natural, y está tan cargado de olor a muchacha el aire de mediodía que estoy a punto de gritar que el aire de mediodía huele a muchacha.
Un observatorio peculiar
Avanza retrocediendo con una estrategia incomprensible; camina por la baldosa impecable como un fiscal que al mismo tiempo que busca afuera las razones del crimen se afana por comprender los móviles repasando una y otra vez los mismos datos; el desierto de las baldosas del baño es inmenso y todas las pruebas que pudieron haber […]
Condición de la ciudad
4 A nadie le importa un bledo aquello que, infantiles, llamamos la música del alma, ¿para quién conservar pues tamaña ingenuidad, bastiones tan pueriles? Al carajo con todo, a la hoguera también la música y la sangre y el sueño de la sangre y su finalidad de flor. Al diablo la esperanza. Que la ciudad […]
Las estaciones
Todavía falta que haga un poco más de invierno, porque esta vez lo despacharon apenitas –susurra para sí este hombre que durmió la noche completa sin que la tos lo acosara-; claro que ha habido muchos días de abrigos y bufandas pero las cosas que pasan fueron calentando muchos de los días hasta sacarlos de […]
Condición de la ciudad
3 Pero así y todo pongámonos a levantar calumnias, altas y modernas calumnias en las que el techo de la razón se afiance; que muy desnuda la puta poderosa sea nombrada; hagámonos caso; que alguien crea que la ciudad y la razón son una misma cosa para que todos los demás, encanallados, tengamos fiesta y […]