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Sigue El Delta, Canto 2º

Estaba un día Dios platicando con su suegra, y ya ven
Cómo son, que siempre están buscándole tres pies al gato;
Entonces le dijo, a que tú no puedes fundirte con el magma
Que hay en el centro de la tierra y salir con furia maligna
A la superficie. Dios, entonces, provocado,
Se convirtió en fuego tan recio que hizo un agujero
Hasta el centro del globo terráqueo, en donde tenía
Materiales ígneos bravísimos borboteando y se revolvió
Con ellos convertido en roca líquida y brillante –ninguna
Cosa que haga Dios es no brillante, nada es opaco en él-
Y comenzó a esforzarse por ascender poco a poco a la superficie.

Yo, mientras tanto, había recibido mi dosis de quimioterapia
Y había tenido comezón en todo el cuerpo. Era una nueva fórmula
Para que no me volviera a suceder lo de la vez pasada. Como era agosto
Ulpiano estaba de vacaciones y la médica sustituta dijo
Que podía ser cualquier cosa lo que me sacaba ronchas, que
Me la volvieran a poner. No sabía las consecuencias
Que tendría su poco aprecio por la comezón.

Yo, desnudo y sensible, me convertí en la tierra; era
Las llanuras, los desiertos, los acantilados, las selvas,
Los mares y los ríos, las montañas de hielo, las estepas;
Y poco a poco se fueron inaugurando en mí los volcanes,
Todos en erupción, activos en la materia interna de la tierra
Que venía desde dentro como un esforzado dios
Mostrando sus poderes superiores e inmortales, y
Entré todo en fuego, todo fui la lumbre primitiva
Conociendo las partes expuestas de la tierra –ya te palpé arder, tierra,
Te he sentido en la formación de las rocas, y todo es
Brillante en ti, como la mirada de un dios- y surgí de ella,
Me salí de su piel, escapé de las llagas con humildad
Asumiendo el paso necesario de las horas y su menguante crueldad
Hasta que todo desapareció y volví a ser partes convulsas y
Partes serenas de por sí, llanuras y desiertos en los que las
Palmas de mis manos se podían pasear recorriendo las ámpulas
Que la lengua tierna de mi madre la vaca había levantado
Buscando darme la tranquilidad de su ternura.

La gencitavina me dio aquella experiencia mística,
Hay un mundo por descubrir en la panoplia de los medicamentos.
Hubo que cambiar de nuevo el fármaco porque no habría sobrevivido,
De eso estoy seguro. Escuché la voz de los laboratorios
Que se habían comunicado con el Hombre de tal suerte.

Esta vez, si acaso hubo música fue toda de instrumentos raspados
Y yo no la escuché. No supe. Mi madre con sus ojos de vaca
Me inundaba de suavidad amorosa. Dios acababa de mostrar su poder.

…Y DOS DOCENAS

(15)
NATURALEZA MUERTA
CON CUERDAS

Sobre la mesa café
una caja de clavos
de pulgada y media.
Una servilleta bordada
en punto de cruz
contiene pájaros
sobre ramas floridas.
Un martillo con mango de fierro
brilla por donde no está oxidado.
Lo envuelve todo
la luz fría y acerada.
En florero de aluminio
se presenta una hortensia.
Los colores metálicos
se pelean entre sí.
Una corneta dorada
se esconde
tras los demás objetos.
Las cuerdas amenazantes
se desenroscan
como serpientes encantadas.

Canto 2º El delta

(La escena es en el Hospital de Día, del Universitario
La Princesa, en Madrid; hay unos quince o veinte sillones
Reclinables, viejos y feos pero útiles, divididos en tres salas.
Un enfermero, Ricardo, comanda una hueste de chicas de bata blanca
Más o menos graciosas y de humor variable; el suyo
Es explosivo y atrayente. A las ocho de la mañana
Empiezan a sacar sangre a todos los que están citados en el día.
Nos llaman de cinco en cinco y si nos desordenamos, Ricardo
Con mucha autoridad recompone el ritmo. Es lunes.
O podría ser jueves.)

A partir de ahora ya no tengo sólo por dentro el río de la sangre
(además de los tres tubitos que me sacan cada vez )
Sino un delta lleno de afluentes que recibe influencias culturales
De muchos puntos de la selva de donde proviene. La geografía
Ha vuelto a ser redonda sin restricciones, vienen ríos de
Diego de León, de Conde de Peñalver, de Maldonado, y se meten
Por pasillos laberínticos todos pintados del mismo color gris
Y con igual aspecto hospitalario. Frío. Feo. Aburrrrrrrrrrrrrido.

Yo –perdonen ustedes que rompa un poco
El ritmo del relato y su relación objetiva-
soy un muchacho alegre.
Tengo cáncer pero soy chispita;
Quiero que todas esas muchachas
se enamoren de mí; soy
El más bonito de los encancerginados,
Y adentro de mi corazón todo esto
Son flechas que está lanzando
Más desnudo que Adán el cupidillo
Que me acompaña como si fuera yo
Una Venus de Cranach con sombrero.

Entonces vienen a mi sangre los líquidos ocultos
En bolsas transparentes, a llenarla, a socorrerla,
Vienen a establecer relaciones peligrosas y perversas
Que tienen su origen en laboratorios remotos
En donde deciden cómo van a combatir
La inmunda enfermedad que afecta al cuerpo.

Entran y atacan, y mi humilde persona cae
En una pasiva dependencia.

Hasta que de pronto
Algo pasa y se encienden las alarmas interiores,
¡fuego! Me enciendo como un hachón espontáneo,
se me cierra la garganta; corren Ricardo y las enfermeras,
me cierran la llave por la que está entrando el veneno,
inyectan antihistamínico, me avisan que me van a doler
los genitales, sudo, me envuelve la congoja, estoy rojo
como un carabinero, pero todo de repente se esfuma
y vuelve a ser como era. En unos cuántos segundos. Otra vez
soy el señor que está ahí sentado, como todos, recibiendo quimioterapia;
no hay circo tan rápido como éste. Carboplatino y tasano o tasol
es lo que ha entrado, y así sucederá tres o cuatro veces
hasta que el oncólogo decida que ya,
que hay que cambiar el fármaco porque este parece
que no le gusta tanto a mi sufrido cuerpo.

Suenan entonces trompas y pífanos soplados
Por los vientos todos de la tierra. Aquí estoy, me están curando.

Todos los vientos tienen inflados los cachetes, ¿alcanzáis a verlos?

…Y DOS DOCENAS

(14)
NATURALEZA MUERTA
CON ESCOPETA

Sobre la mesa café
una botella de aguardiente.
Una paloma blanca
de pólvora
con mecha larga.
Un rollo de buscapiés
de todos los colores.
Dos boxeadores de silueta
en madera morado y rosa.
Allí tirado
un plumero azul.
Un portarretratos de bronce
con foto amarillenta.
La luz ondulada,
vertical,
verde y amarilla.
Y atravesada entre todo
una larga escopeta
con un hilo negro atado
en el gatillo.

Ábrete sésamo, canto 1º (sigue)

Nadie se sabe la palabra. Nadie la tiene. Es una palabra maldita,
Y la pobre no tiene quién la proteja; la han usado
Para cosas horribles y a ella le duele mucho ser lo que es.

Es lo que no se ha visto cuando se la ve a solas, porque a ella
Le gustaría ser parte de un carnaval, ser parte
De un poema de Sabines, y que todos supieran
Que allí trabaja de palabra terrible vestida de ásperas
Telas pero sin dejar de ser lo que es. Una lágrima tiene,
Por eso. Una discordia arrítmica en su corazón.

Y tiene algo de máscara fea y mucho que da miedo,
Ella misma se mira y se da miedo porque tiene profundas
Contracturas en el rostro, líneas que son jeroglíficos
Con los que no había contado ni sabe interpretar. Qué fea.
Qué fea está. Mírenla qué fea. Todos la tienen castigada.

Pero le gusta esconderse entre las calabacitas y los brócolis,
Nadar en las montañas de jitomates rojos como mejillas
Saludables, emperifollarse y acilantrarse y que una
Bondadosa cebolla la cuide, por el amor nunca renovado
De su madre.
Hay una cebolla cuyas lágrimas blancas tienen el encargo
De envolverla y ponerle una carne particular. Suya, muy suya.

La palabra está sola en el universo
Enfrentada a los peores momentos del silencio. Cuando
Ya no hay nada surge ella sola ante su Dios
Y le pregunta cómo la hizo tan desnuda y fea
Que a todos les da disgusto encontrársela. A ver,
Le dice, ¿por qué me hicistes así, qué no te fijastes en lo que
Estabas haciendo? ¿y ahora cómo lo compones?

Y su Dios lleno de lamparones en su batón de estrellas
se va bailando con unos pasitos como de tap
Y sin dignarse mirarla, con un desprecio tan inhumano
Que ni parece divino.

Este es el cáncer de step & the dancer
y en las batallas de películas de guerra llegan los panzer
con los alemanes. Repite cáncer, repite cáncer,
y nos la vamos a aprender. Hasta
Que unos niños la canten y la bailen. Cáncer,
Saca tu cuaderno y escríbela cien veces para que
Se le borre toda mueca y quede con su carita lisa.
Como carita de amanecer, de conocer, de ser.

Entonces decidimos regresarnos a España. Y aquí tampoco
Encontramos piedad ni misericordia para ella
Pero en cambio sí un tratamiento cañón de quimioterapias
Que me mandaron zumbando a una normalidad aparente
Que duró dos años, o algo así.

Hasta que vino el cataplúm.
Qué haremos para que no le cuelguen otro sambenito, tú,
Que no sea que también por mí sea mal pronunciada, a causa mía,
Aunque tenga que acabar con su misión venenosa empozoñando,
Y esté yo cada día peor, que ya no sé siquiera
Si voy a poder acabar este canto o me voy a quedar a la mitad,
En donde se me acaben las vueltas, como disco en tornamesa.

¿Pero qué pasa cuando abres una semilla? ¿Ves la vida?

…Y DOS DOCENAS

(13)
NATURALEZA MUERTA
CON ESCOBETA

Sobre la mesa café
un ramo de lirios
blancos y amarillos.
A los dos lados,
sendos jabones
como panes buenos.
Junto,
una banderilla
con agua cristalina.
Una toalla afelpada
color carne amorosa.
Un delantal bordado
con frases de cariño:
te quiero, amor mío;
tu corazón y mi corazón
están juntos en esta bolsa.
Al fondo,
una negra risueña
de colgar los trapos de cocina.
Y de pie,
una escobeta del color de la paja,
del color tierno
de la paja.

Sigue el 1er canto.

Luego llené de manteca el cazo de cobre de las carnitas.
Agujas, panceta, magro, costilla, cara, cortezas, carrillada,
Y no todo se compra en la carnicería, hay que ir a la casquería.
En el mercado Antón Martín hay dos. Por lo menos hay dos de todo,
Es lo bueno, y aunque fuera a la carrera podía yo hacerme cargo.

El charcutero muy extrañado: tendrá casa de pensionados –me dijo,
Cómo que diez kilos de manteca.
Porque mientras, se estaba preparando todo en Aranjuez.
Milagros con su traje blanco de pantalones, muy elegante,
Lo llenaba muy bien con sus piernitas torneadas; hasta
Podíamos caminar por esas calles planas y bien trazadas.
¡Bonito Aranjuez para casarse un julio!

Pero no se me quitaba la tontería de la espalda. Ya sé,
Nos vamos a México y nos metemos en San José Purúa
A las pozas térmicas; adonde se iba Buñuel a preparar sus guiones,
Y cómo no aprobé ahora que dormía para agarrar a Dios
Y dejar todo arreglado, porque despierto no existe Dios
Que valga ni que sirva para nada, pero hace ratito
Lo tenía yo agarrado de la cola para lo que quisiera:
Modifícame la lista de preferencia de los pecados, órale,
pon este primero
Y este después; y este quítalo porque ya no me gusta.
Qué lástima caer de nuevo en la razón, tan bueno que estaba.

Picamos el cilantro y la cebolla y todo fue pura ortodoxia,
Las tortillas calientes y el servicio cabal, con su salsa verde o roja.
Ya el calor no se aguantaba porque era cuatro de julio.
Los de acá estuvieron todos, ni enlistarlos.
Y vino el avión por nosotros y nos fuimos.
María mandó mariachis a la fiesta de tornabodas
Varios amigos estuvieron cantando pero yo ya no
Podía beber a gusto, me dolía la espalda y me faltaba vigor.

Entonces me mandó Beltrán a la tienda de radiografías,
Tenía blanco el espacio del lado derecho, lo que debía ser negro,
También Luis Molina dijo que estaba para que lo viera el neumólogo,
Lo encontraron horrible pero en lugar de decir
me dieron una puñalada por la espalda para vaciármelo,
Así ya pude respirar, pero Beltrán me mandó al PET.

Dijeron los positrones que lo que tenía era cáncer,
Nada más que todavía no se llamó así sino adenocarcinoma.
Quién se iba a atrever a decir la maldita palabra.

¡Tómala, barbón!, ¡cómete la palabreja! ¡a ver a quién le gusta!

.. Y DOS DOCENAS

(12)
NATURALEZA MUERTA
CON CESTA DE HUEVOS

Sobre la mesa café
un mantel blanco
con rombos de colores.
Dos gallos muertos
dejan se escurrimiento rojo.
Hasta las plumas están muertas.
Un conejo estirado
mira con sus puntos rojos
al vacío.
Un pescado tornasol
melancoliza la mesa.
Hay un cuchillo ancho de carnicero
y un cepillo de quitar escamas.
Regadas por todas partes
letras grandes impresas recortadas.
Y una cesta de huevos,
blancos,
amontonados.

Ábrete sésamo. 1er Canto.

Habría que sacar el caldero de cómo empezó todo.
Un agua hirviendo, una cebolla, un diente de ajo.
Yo estaba vestido con un traje muy elegante,
Acababa  de comprar un saco de cuadrícula minúscula
En colores café y lo llevaba con un pantalón azul marino
De lana fría; era un verano como ahora pero yo tenía que trabajar.
Venía la jefa y había que seguir una agenda muy apretada
Y de apariencia útil.

Ya llevaba días sintiéndome desvencijado.
Parece que no eran días propicios para un caldo caliente.
Hasta los zapatos olían a nuevo y llevaba un pañuelo blanco
Bien planchado y doblado en el bolsillo adecuado;
Deberían omitirlo del diseño de los sacos porque ya nadie lo usa
Excepto los viejitos que tenemos la manía. Lo mismo sirve
Para limpiarse el sudor de la frente que para quedar bien con una dama.
Y para nada también puede servir.

El caso es que me empezó a dar una como risa en la axila derecha,
Como que me hiciera cosquillas muy desde adentro
Una manita vaciladora, aunque pronto acabó volviéndose molesto;
Entre el calor y la agitación quedaba mal la sensación de cosquilleo
Que venía muy mal acompañada –ahora hace tres años justamente,
Días como éste en los que baja el calor como cobertura sonora de campana-
Nada más que dormía yo bien y descansaba;
estaba rete bien acompañado.
Y ya teníamos planeada la boda para unos días después,
En cuanto acabara la visita. Mi olla, de todas maneras, estaba en el fuego,
A mí la sopa me va lo mismo en verano que en invierno.

Junto con lo de la axila un dolor en la espalda
Empezó a volverse lo que controlaba el ánimo del día; coño.
No estaba para esas. Si hubiera sabido lo que era, corro
Al médico, pero parecía otra cosa, parecía
Que con dejarlo orear disminuiría; o sepa dios; era
Bien raro. Lo de la olla no lo dejo en paz
Porque de veras que los caldos me ayudan a reponerme,
Y necesitaba algo que parecía descanso y apoyo doméstico;

Entonces ni soñaba con tener un blog
Y tener que escribir todos los días. Iba derechito al cáncer
Pero ni la palabra se me subía a los labios,
A quién se le iba a ocurrir. Anda uno en otra cosa,
Por diosito santo.

.. Y DOS DOCENAS

(11)
NATURALEZA MUERTA
CON BUSTO DE MUJER

Sobre la mesa de café
el periódico descuadernado.
Un cenicero lleno de colillas
con la marca roja
del lápiz labial.
Un pedazo de terciopelo verde oscuro
dejado en pliegues.
Dos copas de coñac,
una volteada
y con la marca roja del lápiz labial.
El centro del cuadro está en penumbra
pero hacia los bordes
se ilumina
con terrible fuerza.
Abajo,
en la orilla de la mesa,
casi haciendo equilibrio,
un busto desnudo de mujer
hecho en fibra de vidrio
de color violeta.

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