A ver, ¿le pedirá permiso a un dedo para mover el otro?, según lo veo, sí. Y también se irá sacando las palabras una por una, como cuando empezábamos a fumar en la secundaria y ante la demanda del mosquerío que se arremolinaba, sacábamos los cigarrillos de pellizquito, o de uña, como también creo que […]
ALLÁ ELLA, ABANDONADA
2 Seguramente me quedaré ciego, me arrancarán la nariz de una mordida, me coserán la boca después de haber sido juzgado en un tribunal inexplicable, me colgarán de las orejas hasta que caiga de ellas como una fruta y decretarán una violenta prohibición en contra de mis manos; seguramente.