SALIDA DE LA VEJEZ
El mundo trabaja en secreto para oírnos,
bajo la gastada piel del hombre
el oído se gesta poco a poco,
por fin pesca una palabra, la analiza,
la envuelve con los ácidos jugos de la ternura
que es propiedad de la especie, la asimila
y la distribuye en forma imparcial
por todo el organismo.
Aunque la rabia tiene razón de ser,
sobre todo a cierta edad,
cuando la fuerza es completa,
cuando la sangre corre entera
y el montón de cosas desajustadas con el tiempo que somos
nos congestiona la sonrisa, las ganas de jugar,
el canto, la naturalidad, el paso.
Está chico el mundo,
aquel gigantesco sueño ha terminado.