Es difícil resistirse a la tentación de hacer uno que otro soneto cuando se presenta la ocasión y buscar que el cartón se disimule, que ocurra con fluidez, que sea agradable; como aquí la ocasión se prestaba, me rendí al lance y vosotros diréis si salí airoso. No es uno, son dos: el de hoy y el de mañana, y con ellos se acaban las calaveras…
GERMÁN ANTE LA MUERTE CORONADA
Llegó contenta la perdida muerte
y atravesó la cancha muy canchera.
Antes, díjole, ingrata, que me muera
déjame con mi pluma esclarecerte.
Era hombre de pluma y de esa suerte
en cualquier circunstancia que se viera
hablar con entelequias le saliera
de lo más polifónico y más fuerte.
Nomás se puso ante la flaca ésa,
rechonchito, pelón, valentonado,
valido de su ingenio y de su gente
cuando riéndose dijo: fui indigente
mas acabé de monjas coronado.
Me llamé, cuando fui, Germán Dehesa.