Hay algo en este poema que me parece fallido. Por más que le busco, no le encuentro. Quizás sea un problema de temperaturas. En todo caso, no soy de los poetas que a lo largo de su vida van corrigiendo y reescribiendo sus poemas. Quizás sea que el paisaje descrito queda forzado al pasar como ardor frío entre las piernas. No sé; así he dudado muchas veces. Pero ya está publicado y ni modo.
MENTA
La tarde apunta
a un aroma visual como de menta,
se refrescan las horas en los ojos,
pasan hojas trinando,
una nube pide auxilio,
se carcajea el aire,
entre las piernas un ardor frío
me recuerda que soy un calendario,
sólo un observador de aromas:
un responso.
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