Futuros del imperio

¿Qué irá a ser? ¿Qué después de este hombre blanco bárbaro y depredador que tan mal nos ha caído y con quien el mundo se ha visto en tanto riesgo, tendrá que venir un cambio medianamente radical? A ver qué se me ocurre con lo que la prensa nos va contando. Porque una mujer o un negro, del bando demócrata -lo que para los intereses del imperio podría no querer decir gran cosa-, es un cambio que significa mucho. Mujer, coño; cómo va a ser mujer la dirigente política más poderosa del mundo; aunque viéndolo bien, ¿por qué no?, si sigue dirigiendo los principios que han movido la política estadounidense durante poco más de siglo y medio, lo de menos será adaptarse a la sensibilidad femenina que acabará por fortalecer al conjunto de fuerzas que están más que identificadas y que recibirán un buen oxígeno con la parte que corresponde a la confianza de las mujeres. Porque otra cosa posible no se ve. Además, es una señora que ha demostrado que puede sobreponerse a circunstancias incómodas sin hacer aspavientos innecesarios que se puedan confundir con cuestiones morales, o caseras, que sería peor. Digamos que estamos a salvo del Vaticano y sus aspiraciones retrógradas. Un vaticanazo en ciernes. Porque el Papa ha estado moviendo fichas fuertes con su defensa de la familia tradicional.

O el candidato negro. ¡Jesús! Y qué poquito hace que el poder de ese país se peleaba con los negros como ínfimos compañeros de convivencia, y si ahora gana, ¿qué van a hacer? Porque en la memoria de los adultos del país está la infancia en la que los negros tenían lo que los indios en el mío: ineptitud, desagrado, incapacidad, poca materia para presentarse en los foros del mundo, olor distinto. Y si gana un hombre negro habrá que cambiar todo el discurso de fondo del país; dejará de tratarse del conjunto humano (blanco) más exitoso de la historia de la humanidad para pasar a ser el conjunto humano (mixto) más exitoso de la historia conformado por todo lo que somos los seres humanos: distintas razas, antes que nada, e infinitos modos de ser. Y ahí ya está más difícil imaginarnos al presidente negro. O a cualquiera no WASP (White Anglo-Saxon Protestant), para ser honestos. Porque entonces en el próximo ejercicio tendría que haber un latino de origen mexicano, que ni qué. Roma gobernada por emperadores hispanos. Qué chistosa es la historia que da ejemplos de todo.

Con estas perspectivas el próximo ganador, aunque ahora se estén luciendo los demócratas, tendrá que ser republicano. A menos que la aspiración de los Estados Unidos sea dejar de ser el líder mundial y pasar a ser un país más, rico, ejemplar, poderoso, pero dispuesto a reconocerse en sus fronteras y asumir en ellas su modo de ser. Y por supuesto, tendrá que adquirir la voluntad de ver el mundo, de aceptar que hay algo más que América en los mapas, cosa que por pública educación está bastante alejada de la práctica. ¿Cómo se le puede hacer para que esos aproximadamente 300 millones de personas voten dizque democráticamente por salirse de lo que lleva años de estar convertido en la irrealidad más macabra que ha vivido la historia de la humanidad para convertirse en un paso más de la historia rumbo al desarrollo de los seres humanos? No: va a ser que no.

Entradas creadas 980

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Entradas relacionadas

Comienza escribiendo tu búsqueda y pulsa enter para buscar. Presiona ESC para cancelar.

Volver arriba