2
El jueves en la mañana
despertamos alegres,
llenos de sueños.
Desayunamos dorados panes
y jugos de las frutas;
bañamos en agua tibia
nuestros cuerpos sencillos
y salimos a mirar el sol.
Redonda y fina en calidad
fue la voz grande
de los demás.
–Vámonos,
ya vámonos,
se oía cantar.