Cosas de la derecha

El gobierno está en manos de descastados e ilegítimos a los que hay que eliminar para salvar al país. Tal es la premisa con que la oposición de derecha arranca la campaña para las próximas elecciones generales de España en marzo. Nada que ver con la democracia ni con la propuesta de mejores formas de administración de la cosa pública sino con la casta, con la esencia de lo español, con la verdad eterna. No hay pasado reciente, no hay memoria de que el país eligió por mayoría legítima hace cuatro años a un partido para que gobernara y ahora la oposición, que antes era gobierno y perdió, ofrece mejorar lo que hay y señala lo que estuvo mal hecho; no. El mensaje es profundo al inconsciente colectivo, al miedo, y contundente. Si siguen los que ahora están continuarán con su obra destructiva y lo que somos los españoles acabará en el caño, aparte de las plagas que caerán sobre nuestro pueblo, de las que ya hemos visto venir las avanzadas y asentarse en nuestro entorno: la destrucción de la familia, la desmembración del territorio, el abandono de la educación que garantice que seguiremos siendo iguales a nosotros mismos, la miseria económica, el asesinato de la especie practicado antes de nacer y antes de morir y el pacto oculto con los terroristas para repartirse lo que tenemos.

Suena un poco ridículo si se ve desde fuera porque el gobierno de España no es precisamente un ejemplo mundial de caos ni de despropósito de ningún tipo, ni siguiera se puede decir que haya dado pasos espectaculares en cambios revolucionarios, con todo y que su ideología identitaria sea socialista. Digamos que es socialista porque tiene en su programa atención a los asuntos sociales, aparte de los financieros. Pero sigue los derroteros económicos de la Unión Europea que no dejan mucho margen para aventuras particulares. Por el contrario, la economía española ha avanzado en la lista mundial de países ricos durante estos últimos años; sus inversiones, muchas en América Latina, han crecido de manera notable y la legislación sobre asuntos sociales ha ayudado a despejar la idea que podía quedar de una España retrógrada y monacal.

Pero el líder de la derecha, Mariano Rajoy, ya ofreció con todas sus letras que en caso de gobernar acabará con la educación para la ciudadanía, que es uno de los temas que más los han mortificado porque entraña quitar la educación religiosa obligatoria y avanzar en la secularización del país, que por cierto, va ya muy avanzada, pues estadísticamente cada vez menos españoles se declaran católicos. Sin contar con que son pocos los practicantes, y entre los jóvenes, menos. Curiosamente hace dos semanas el alto clero convocó a una gran manifestación en defensa de la familia y contra las acciones del actual gobierno (como en los viejos cuentos del siglo pasado en que los comunistas comían niños) y tomando su posición firme de apoyo al partido de la derecha. La embestida está fuerte. Ya sabemos que en esto se han convertido las campañas electorales, en experimentos de mercadotecnia y manipulación del inconsciente colectivo, mientras siguen vendiéndonos, cada vez con la boca más llena, las bondades de la democracia, de las que es puntera la elección libre y razonada de los gobernantes.

Entradas creadas 980

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Entradas relacionadas

Comienza escribiendo tu búsqueda y pulsa enter para buscar. Presiona ESC para cancelar.

Volver arriba